miércoles, 30 de diciembre de 2015

Se institucionaliza una forma de hacer comunicación donde predomina la única voz.

Después de años de tensiones en los que los grupos empresariales de la comunicación acusados de manipular información de divulgar opiniones sesgada y con falsas pretensiones de independencia y objetividad la política macrista pretenden con un decreto instaurar un nuevo régimen para beneficiar el sistema vigente de monopolio mediático.
De esta manera el gobierno nacional consolida su alianza con los medios hegemónicos nacionales e internacionales y da libertad para que estas empresas aumenten sus ganancias y por lo tanto un poder descomunal sobre la opinión publica. Por otro lado este hecho reconoce y otorga legitimidad a lo que alguna vez se llamó el cuarto poder, un actor más en el escenario político que actúo a lo largo de la historia del lado de los crímenes, las estafas y las mentiras hacia los habitantes del suelo argentino. . Con la pretensión de que los medios monopólicos, esto es la mayoría de canales de aire privado y públicos, radios y medios gráficos protejan y transformen una realidad a favor, el gobierno nacional avasalla la Ley de Servicios de comunicación audiovisuales con el propósito de eliminar el ámbito de la pluralidad y fortalecer una voz única. Desconociendo las innumerables charlas y debates en las que miles de personas redactaron, desde el campo nacional y popular los criterios generales y legales de la comunicación, el decreto elimina cualquier luz para el fortalecimiento de la democracia. Con la idea de ganar mayor consenso en la sociedad, el macrismo legitima valores propios del mercado y se propone acallar expresiones populares como muy pocas veces manifestaron en la gestación de una ley. Este comportamiento antidemocrático demuestra la debilidad que condiciona el pensamiento oficial del gobierno donde cada vez más va apelando a las herramientas propias de una dictadura. Esto no será fácil para ninguna de las posiciones ni las expresadas en el conjunto de las comunidades que redactaron la ley como tampoco para el gobierno nacional. Principalmente porque los protagonistas de aquel hecho social de trascendencia que hicieron posible la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisuales se pondrán de pie para llevar adelante el debate en términos de batalla sobre la opinión publica. No desde los monopolios sino desde el lugar territorial donde comenzó aquel movimiento a trazar su recorrido hasta llegar al Congreso Nacional; con mayores desventajas por no tener ni una décima parte de los resortes comunicacionales pero con mucha capacidad organizativa que se pondrá de pie el tiempo que sea necesario hasta lograr la fuerza social necesaria para hacer escuchar la demanda social imperante. Los grandes monopolios valoran estas decisiones porque creen en un sistema de poder ideal donde el disciplinamiento represivo al conjunto de la sociedad ayudará a adormecer las opiniones contrarias. En estos últimos años la argentina vivió en un marco de facultades plenas de la democracia. La historia nos recuerda protagonistas que hicieron de la lucha al terrorismo y la muerte, un paradigma de valores inclaudicables, difícilmente nos pueda doblegar un decreto. Construiremos el consenso social mayoritario para que a ésta derecha antidemocratica se le termine cayendo la careta.

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