martes, 13 de noviembre de 2012

LOS MEDIOS: DE UN ROL DISCIPLINADOR AL DE INCLUSION Y DISTRIBUCIÓN DE LA PALABRA

Los principales instrumentos represivos que las elites depredadoras utilizaron para imponer un orden social, a lo largo de la historia, fueron la Iglesia, las fuerzas militares, policiales y, las instituciones educativas, entre otras. A la hora de disciplinar utilizaron el terror y la muerte, censurando la defensa de derechos alas mayorías.El miedo imperó en general pero más específicamente sobre los trabajadores que económicamente dependían sólo de su salario. La reconstrucción de la identidad colectiva y nacional y, los valores de solidaridad sufrieron los mayores daños sociales. El individualismo, que se impuso después que terminó el terror consagró al neoliberalismo que desembarcó en las playas argentinas para el saqueo del patrimonio nacional de los ‘90. A partir del advenimiento democrático, las corporaciones económicas fortalecieron una alianza con los medios para “controlar” a la “opinión publica”. El papel disciplinador de la represión quedó en desuso, y en esta nueva etapa la persuasión, la manipulación fueron las promesas al establishment. La “independencia”, la “objetividad”, la “imparcialidad”, fueron términos que se desprendían de ideas madres. El fin de las ideologías ungio a un tipo de periodismo, que se puso por encima de las instituciones políticas, por encima de la sociedad y por encima del sentido común. Se pusieron a disposición del las élites económicas y a espaldas del pueblo argentino, pactaron grandes acuerdos políticos con las altas esferas del poder, hasta llegar a instancias decisivas. Cuando Néstor Kircner llegó al complejo sistema de poder en la argentina, en el 2003, las corporaciones estaban intactas, después de mas de casi 30 años se habían adueñado del Estado, hasta llevarlo a aislamiento y a la peor decadencia de la historia argentina. Entre las reformas centrales que acometió el líder nacional no se encontraba justamente los medios de comunicación. Había prioridades, y la legitimación del 22 %, lo condicionaba en el avance. Por ello fue la Corte Suprema, la relación con los organismos internacionales, la política de derechos humanos, las políticas salariales, los convenios colectivos, las políticas públicas, las reformas que marcaron la gestión del Presidente de la Nación, Néstor Kirchner. Pero no fue así, en el periodo siguiente. Con la legitimidad necesaria en las cámaras legislativas y el apoyo popular que recibió Cristina Fernández de Kirchner se emprendieron otras transformaciones entres las que se encontró el proyecto de Ley de medios aprobado por mayoría en las cámaras legislativas. El modelo de país que se consagró a partir del 2003 fue y es un verdadero obstáculo para el modelo corporativo aun vigente en la argentina; para las empresas, porque las políticas se piensan a partir de un Estado fuerte, que regula y participa activamente en las negociaciones salariales, estimula la distribución a las ganancias equitativas, entre otros derechos para sectores vulnerables;para la oposición porque en éste proceso político perdieron representatividad social y se niegan al dialogo con el pueblo por defender sus intereses. Finalmente para las corporaciones mediáticas que ven la información como una mercancía de intercambio comercial y, al poder político como una instancia menor, sobre la que pretenden ejercer el control. En este contexto la oposición política y los medios concentrados buscan desestabilizar y torcer el rumbo político que hoy traza el proyecto Nacional. Este cuerpo disciplinador mediático, que responde a los grupos minoritarios que controlan una importante porción de las empresas más ricas del país y paradójicamente más beneficiadas con este modelo, se encuentra en pleno dinamismo. Los dueños de estas empresas tienen una mesa con los sectores de la oposición donde se diseñan políticas para debilitar al Gobierno Nacional y dirigen sin duda una campaña nacional e internacional en ese sentido. Los dueños de las empresas mediáticas hoy, actores políticos en el orden estratégico, se atribuyen la capacidad de persuadir y manipular a la población, aun después de la derrota del 54 % del 2011. Sobre ese eje, las mayorías de los medios del país, fuera de este esquema hegemónico, se prepara para disputar, lectores, oyentes, y televidentes que comienzan a abandonar esos formatos comunicacionales en decadencia. Desde un lugar distinto y con otros principios sociales basados en la inclusión, multiplicidad y la diversidad de las voces la estrategia comunicacional que se organiza después del 2009 hoy fortalece el horizonte para la construcción de una política comunicación nacional. La pretensión es llegar al 7 de diciembre con un clima social desestabilizador. Para ello despliegan acciones acordes: un sector social visible, manifestándose como el 8 de Noviembre en las calles, la convocatoria a un paro nacional para el 20 de noviembre, con el fogoneo de una agenda cada vez con menos consenso social: el aislamiento de la Argentina en el mundo, los ataques a la prensa, a la libertad de expresión, a la justicia, la denuncias sobre un Ejecutivo Nacional autoritario etc., son argumentos que carecen del correlato real. Esta derecha de mil cabezas, no puede hablar con la mayoría del pueblo argentino. Porque no le puede decir a la cara, el modelo de país que quieren: sin distribución de las riquezas, sin inclusión social, sin políticas publicas, sin crecimiento, con salarios más bajos…De cara a la mayoría de los argentinos existe una red de medios distribuidos a lo largo y a lo ancho del país , con un dialogo permanente con millones de argentinos que creen en la construcción de una sociedad con mayor participación, y con justicia social para todos. Este cuerpo social organizado en distintas espacios hoy, debe se fortalece para dar una paso más en la conquista de la palabra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario